TEORÍAS Y FORMAS DE INTERVENCIÓN URBANÍSTICA .
Zaragoza, Enero/Mayo 2000
Intervención de Ramón López de Lucio/ Resumen
"Ciudades y dispersión suburbana. El caso de Madrid"
En las nuevas regiones urbanas los procesos de dispersión llevan aparejado habitualmente una creciente homogeneización de los diferentes fragmentos. Las características tipológicas de la edificación, las socioeconómicas de la población residente, el perfil funcional de las actividades, etc., tienden a originar piezas de carácter muy específico y diferenciado unas de otras (con independencia de que, en su interior, se reproduzcan a nivel micro ciertos elementos de diferenciación). Los fragmentos se pueden agrupar en subsistemas territoriales, así mismo con una marcada identidad que permiten un despiece de la región urbana en unidades extensas pero relativamente bien caracterizadas:
- por un soporte territorial específico (orografía, sistema de vegetación y cultivos, sistema de poblamiento inicial, etc..)
- por una perfil funcional particular que privilegia la aparición exclusiva o mayoritaria de determinadas actividades o combinación de ellas.
- por una precisa caracterización de tipos, formas y calidades edificatorias de la residencia.
- por unas características socioeconómicas bien definidas (niveles de renta, profesión, educación, etc.).
En la región urbana de Madrid podemos describir hasta diez subsistemas específicos:
a) Centro Metropolitano. Es el municipio de Madrid delimitado en casi todo su perímetro por la M-40. Pese a los recientes procesos de pérdida poblacional sus cerca de 2,9 millones de habitantes representan todavía el 57 por 100 de la región urbana. Concentra más del 40 por 100 del empleo industrial y del 70 por 100 del terciario. Es el centro indiscutible de la actividad terciaria -en particular del sistema bancario-financiero-, de la Administración pública, de la cultura y los espectáculos, del turismo, etc.
b) Subsistema polinuclear residencial/industrial del Suroeste Metropolitano. Integrado por los nueve núcleos municipales de Alcorcón, Leganés, Getafe, Móstoles, Fuenlabrada, Humanes de Madrid, Parla, Pinto y Valdemoro. Constituye una apretada malla de núcleos residenciales densos y compactos (en los últimos años se intenta una cierta diversificación del mercado, todavía poco relevante en términos relativos), alternados con polígonos industriales y desarrollos no planeados de actividades productivas a lo largo de una serie de ejes viarios radiales y transversales. Concentra cerca de una quinta parte de la población total de la CAM (943.000 habitantes en 1996) y el 22 po 100 de los empleos industriales (72.000 en 1991/92).
c) Subsistema polinuclear residencial/industrial del Este Metropolitano: diez municipios integrados en los Corredores del Henares (A-2) y de la carretera de Valencia (A-3). Los más significativos por su peso demográfico e industrial son los de Coslada, Torrejón de Ardoz, San Fernando de Henares, Alcalá de Henares y Arganda del Rey. En total reúne a 438 mil habitantes (8,7 por 100 del total) y una proporción mucho más alta de empleo industrial, el 21,2 por 100 en 1991/92.
d) Subsistema mixto residencial/industrial del Norte Metropolitano. Es más heterogéneo que los dos anteriores, aunque comparte ciertas características esenciales con ellos. La conurbación Alcobendas-San Sebastián de los Reyes es un buen ejemplo de núcleo urbano periférico denso y compacto acompañado por actividad industrial localizada en polígono y, más recientemente, por una nueva implantación comercial-terciaria de elevada representatividad. Pero también incluye una extensa zona de vivienda unifamiliar de alta calidad (La Moraleja), que forma la pieza inicial de un rosario de urbanizaciones de características similares que se establecen en torno a la A-1.
El conjunto de estos tres subsistemas, junto con la ciudad-municipio de Madrid, constituyen el sistema urbano denso, relativamente compacto y plurifuncional de la región urbana. Uno con seis millones de habitantes que sumados a los 2,87 millones del municipio central totalizan 4,50 millones, que representan casi el 89 por 100 de la población total de la Comunidad, el 86 por 100 del número total de viviendas (dato de 1990) y algo más del 92 por 100 del monto global de empleos industriales (dato 1991/92). Estas cifras expresan con toda claridad el carácter concentrado de la región y el predominio de los tejidos urbanos de vivienda colectiva con densidades netas que se pueden calificar de medianas hasta elevadas (55/75 hasta 150/250 viv/Ha de suelo residencial bruto). Y el estadio todavía inicial del proceso de dispersión de la vivienda principal y de la población residente. Lo que no es óbice para que el restante 11 por 100 de población (más la vivienda secundaria) ocupen prácticamente tanto suelo como el sistema urbano en su conjunto.
e) Subsistema residencial de baja densidad del Oeste Metropolitano. Abarca 8 municipios en el sector comprendido entre la N-V, la N-VI y el arco de municipios que conforman la margen derecha del río Guadarrama. Es el suburbio residencial más cercano y clásico de Madrid desde principios de siglo. Dependiente básicamente de la N-VI y del ferrocarril de cercanías, además de dos radiales complementarias que arrancan de la A-5 (las M-501 y M-511), mallado por el tramo occidental de la M-40 y por otras rutas transversales secundarias. Extensivamente ocupado por urbanizaciones de vivienda unifamiliar predominantemente aislada, con escasa representación de la vivienda colectiva, a excepción de los cascos y zonas de extensión próxima de Pozuelo y Majadahonda. La industria esta casi totalmente ausente (2.700 empleos), aunque en años recientes se registra una creciente instalación de terciario descentralizado al borde de la carretera de la Coruña, combinado con algunas actividades productivas cualificadas en el parque industrial terciario de Las Rozas. La población residente total roza los 200.000 habitantes y en el último quinquenio 91-96 registra uno de los índices de crecimiento más acusados: el 5,34 por 100 anual, muy por encima de la media del 1,30 por 100 de los tres subsistemas polinucleares metropolitanos.
f) Subsistema residencial de baja densidad del Noroeste (eje N-VI/Sierra del Guadarrama). Es la extensión natural del subsistema anterior. Su mayor distancia al centro de la región lo convierte en un espacio donde la vivienda secundaria aún reviste importancia, aunque, progresivamente se vaya convirtiendo en ámbito de residencia permanente. Incluye 18 municipios entre ellos núcleos relativamente importantes como Collado-Villalba (26.000 habitantes), El Escorial-San Lorenzo de El Escorial (15.000 habitantes), Galapagar, Torrelodones, Guadarrama, etc. Estructurado básicamente por la N-VI y el ferrocarril Noroeste. La N-VI sustenta una densa red secundaria que proporciona accesibilidad al resto. La ocupación del suelo es bastante extensa aunque sin alcanzar el grado del ámbito metropolitano. La población total alcanza los 131.000 habitantes y en el quinquenio 1991-96 ha tenido un impresionante índice de crecimiento: el 8,2 por 100 anual.
El conjunto de estos subsistemas constituyen el sistema suburbano más extenso, consolidado y densamente poblado de la región de Madrid. Así como el lugar de residencia privilegiado de las nuevas clases medias y medias altas que persiguen tipos edificatorios y entornos paisajísticos de calidad y prestigio social, no dudando ante la necesidad de realizar desplazamientos pendulares cotidianos prioritariamente en automóvil privado. Resulta paradójico que una extensión de suelo casi equivalente a la del sistema urbano albergue una población residente cercana al tercio de millón de habitantes, aproximadamente el 6,5 por 100 del total de la región. Este sistema suburbano, junto con sus equipamientos y dotaciones, constituye la avanzadilla del modelo de dispersión/fragmentación/especialización funcional descrito más arriba. Si cuantitativamente -en número de viviendas o de habitantes- no parece especialmente significativo, lo es por su carácter de referencia, de espejo de las imágenes y deseos colectivos. De hecho el sistema periurbano, el tercero que vamos a describir, constituye en su conjunto (que en algunas direcciones rebasa las fronteras provinciales) un mosaico disperso, reflejo más o menos degradado o cualificado de este sistema suburbano del Oeste/Noroeste.
g) Subsistema periurbano mixto del Suroeste. Entre Navalcarnero y Valdemoro se extiende un rosario de pequeños núcleos estructurados por la carretera M-404, embrión de una futura M-60 ó M-70.
Diez municipios que suman en 1996 una población de 32.000 habitantes, en el límite con la provincia de Toledo. Constituyen un territorio-frontera donde se mezclan actividades todavía agrícolas, industrias descentralizadas de manera bastante anárquica y fragmentaria (exceptuando los polígonos de Navalcarnero), pequeñas urbanizaciones de vivienda unifamiliar, recientes promociones de adosados, algunos bloques de poca altura, pequeños cascos rurales escasamente transformados, etc. Es el territorio inmediato al gigantesco subsistema polinuclear del Suroeste y el lugar de expansión natural de éste. Su alta tasa de crecimiento en el último quinquenio (7,40 por 100) refleja las tensiones expansivas de aquel y su carácter de espacio a colonizar por tipos edificatorios que intentan recrear un nuevo paisaje suburbano en un lugar menos valorado socialmente, con precios del suelo bastante más bajos que el Noroeste.
h) Subsistema rural-residencial de la Sierra Sur (eje M-501). Territorio extenso, de características preserranas (rampas, cerros y primeras elevaciones de la confluencia entre las sierras de Guadarrama y Gredos), escasamente poblado (29.000 habitantes), aunque con importantes tensiones que afectan sobre todo a la residencia secundaria dada la alta calidad del paisaje. Está estructurado por una radial, la M-501, sobre la que existen importantes presiones para convertirla en autovía, lo que precipitaría la definitiva integración del conjunto de este territorio en el mercado de residencia suburbana de características no muy diferentes a los del actual corredor de la N-VI.
Integra 20 municipios de escasa dimensión. El más importante, la antigua cabecera comarcal cercana al pantano de San Juan que es San Martín de Valdeiglesias, que todavía conserva su impronta de núcleo de servicios y asiento de urbanizaciones de segunda residencia (junto con Pelayos de la Presa) perfectamente diferenciadas de aquel.
i) Subsistema rural-residencial de las vegas del Este. (Jarama, Henares, Tajuña, Tajo). Amplísimo territorio (53 municipios), seccionado en dos partes por el subsistema metropolitano del Este (corredores del Henares y de la N-III hasta Arganda). Territorio aún acusadamente rural pero muy «tocado» por los procesos de suburbanización dispersa de carácter permanente o estacional; junto con sectores próximos de las provincias de Avila, Guadalajara y Toledo, supone la alternativa para las clases medias-bajas y bajas de acceder a una vivienda unifamiliar y a una porción de suelo para jardín o patio. Accesible, de momento, exclusivamente por las carreteras radiales (N-I, N-II, N-III y N-IV) y por la densa trama de vías rurales transversales.
Su población en 1996 ascendía a 147.000 habitantes, con una tasa de crecimiento en los últimos 5 años moderadamente elevada (casi el 3 por 100). Algunos de sus municipios más cercanos al Corredor del Henares o a la N-I presentan ya una notable actividad industrial. Este es el caso de Ajalvir (2.917 empleos en 1991/92) o de Algete (1.981 empleos). También debe señalarse el antiguo y excéntrico polo industrial que representa Aranjuez, en el extremo Sur de la provincia (4.213 empleos).
j) Subsistema residencial-rural de la Sierra Norte. Tradicionalmente, una zona poco poblada y en retroceso, se está beneficiando en el momento actual de la mejorada accesibilidad que le proporciona la conversión en autovía de la N-I, además de su situación serrana en contacto con el sistema suburbano del Noroeste y con el Norte Metropolitano. El hecho es que en el último quinquenio presenta la tasa de crecimiento más elevada entre los diez subsistemas analizados (superior al 9 por 100 anual); partiendo, eso sí, de una población total muy modesta: 25.000 habitantes que han pasado a 36.000l en 1996. La implantación industrial es insignificante (504 empleos en 1991/92).
Estos cuatro subsistemas forman el sistema periurbano de la región, la actual frontera de los procesos de dispersión, sobre todo de la vivienda secundaria en una primera etapa. Su población total no alcanza el cuarto de millón de habitantes, pero significa una gigantesca reserva de suelo de cara a ese 89 por 100 de la población que habita el sistema urbano denso. Su futuro dependerá de la evolución de las variables socioeconómicas (renta disponible por los amplios sectores sociales que constituyen el mercado potencial de este territorio), así como de las posibilidades reales de suministro sostenido de infraestructuras (viario) y recursos naturales (agua).